¿Qué pasa cuando una persona se daña el lado izquierdo del cerebro?
Los accidentes cerebrovasculares izquierdos suelen causar ciertas secuelas únicas, cuya comprensión puede resultar útil. Al mismo tiempo, es importante recordar que todos los accidentes cerebrovasculares son diferentes, por lo que cada paciente experimentará su propio camino hacia la recuperación. Así pues, este artículo te presentará las causas, las secuelas y la rehabilitación tras un ictus izquierdo basándonos en nuestra experiencia como fisioterapeutas.
Causas del ictus izquierdo
Los accidentes cerebrovasculares se producen cuando el suministro de sangre al cerebro se ve comprometido debido a una arteria cerebral que :
- O bien se bloquea, lo que supone un accidente cerebrovascular isquémico (ACV), o bien un infarto cerebral, o bien un ictus isquémico;
- O se rompe, lo que significa un ictus hemorrágico.
En ambos casos, el suceso priva a una zona del cerebro de su riego sanguíneo, y las células cerebrales empiezan a morir, principalmente por falta de oxígeno. Por tanto, un ictus es una urgencia médica y, una vez en el hospital, los médicos intentarán restablecer el flujo sanguíneo al cerebro, ya sea administrando trombolíticos (fármacos diseñados para disolver los coágulos sanguíneos) o mediante cirugía.
El propio cerebro está dividido lateralmente en dos partes o dos hemisferios: el izquierdo y el derecho. Así que se pueden clasificar los accidentes cerebrovasculares según esta característica anatómica natural, lo cual es muy útil porque, a grandes rasgos, los síntomas del accidente cerebrovascular tienden a depender del hemisferio en el que se produce.
Así que hablemos un poco de las secuelas más comunes de un ictus izquierdo, que es un ictus que se ha producido en el hemisferio izquierdo del cerebro.
Secuelas de un derrame cerebral izquierdo
Existen secuelas típicas del ictus en general y específicas del ictus isquémico agudo del hemisferio izquierdo, de las cuales las siguientes son las más comunes:
Hemiplejía y hemiparesia: debilitamiento o parálisis del lado derecho.
Dado que ambos hemisferios cerebrales son responsables de controlar el lado opuesto del cuerpo, los accidentes cerebrovasculares izquierdos tienden a afectar al lado derecho del cuerpo, ya sea mediante hemiparesia (debilidad) o hemiplejía (parálisis).
Afasia: dificultades del lenguaje
El área de Broca (la zona del cerebro responsable del procesamiento del lenguaje) se encuentra en el hemisferio izquierdo del cerebro, por lo que las secuelas de un ictus izquierdo incluyen dificultades del lenguaje, como la afasia.
De hecho, hay muchas formas de afasia, y es necesario trabajar con un logopeda para diagnosticarlas y poder especificar tratamientos concretos. También existen dificultades del lenguaje al margen de la afasia, como la apraxia del habla.
Apraxia del habla: trastornos de la comunicación
La apraxia es una secuela común del ictus izquierdo que afecta al control muscular, de la cual la apraxia del habla es un caso particular que afecta a los músculos que rodean la boca, causando dificultades para articular sonidos y palabras. Sin embargo, es importante saber que, aunque la mente sabe lo que quiere decir, las palabras no salen de la boca, por lo que se trata de un problema motor, no de lenguaje.
Disfagia: trastornos de la deglución
Al igual que con las otras secuelas del ictus izquierdo que acabamos de comentar, un logopeda puede ayudar a tratar la disfagia, o trastornos de la deglución, con un programa de entrenamiento motor.
Trastornos cognitivos: dificultades de memoria y de resolución de problemas
La memoria y la cognición son funciones relacionadas con áreas de todo el cerebro. En consecuencia, tras un ictus izquierdo y derecho son frecuentes los trastornos de la memoria y las dificultades para resolver problemas. Sin embargo, parece que los problemas de memoria verbal son más frecuentes en el ictus izquierdo.
Hemianopía o hemianopsia: pérdida de un lado del campo visual.
Al igual que la memoria y la cognición, las regiones cerebrales relacionadas con la visión se encuentran en todo el cerebro, y un ictus izquierdo puede causar trastornos visuales del mismo modo. En particular, los accidentes cerebrovasculares izquierdos tienen una fuerte tendencia a causar hemianopsia del lado derecho del campo visual, es decir, la pérdida completa del lado derecho del campo visual en cada ojo.
Hay muchas más secuelas generales que pueden seguir a un ictus, pero las que acabamos de comentar son las más comunes.
Rehabilitación tras un ictus izquierdo
Ahora que ya conocemos un poco las secuelas de un ictus en el lado izquierdo, es hora de hablar de rehabilitación y saber qué se puede hacer para tratarlas: he aquí las mejores formas de recuperarse de un ictus en el lado izquierdo:
- Fisioterapia. Hacer ejercicios de rehabilitación tras un ictus puede ayudar a tratar la hemiparesia, la hemiplejia o mejorar la movilidad del lado afectado (en el caso de un ictus izquierdo, sería el lado derecho). Normalmente, estos ejercicios se realizan mientras se participa en la terapia hospitalaria o ambulatoria, pero una vez en casa, siempre se puede continuar el entrenamiento.
- Logopedia. Trabajar con un logopeda puede ayudarle a superar la afasia u otras secuelas que afectan a los músculos de la boca o al lenguaje.
- Terapia cognitiva. Al igual que la terapia se utiliza para mejorar la movilidad y el habla, la función cognitiva también puede tratarse con ejercicios de rehabilitación cognitiva tras un ictus.
- Terapia visual. Si tiene problemas de visión, un optometrista puede proporcionarte material adecuado, como gafas especiales. También puedes consultar a un especialista en restauración visual para ver si hay alguna forma natural de mejorar tus secuelas.
- Psicoterapia. En algunos casos, los efectos físicos de un ictus pueden ser tan graves que pueden provocar depresión u otros efectos psicológicos. Por lo tanto, las conversaciones terapéuticas pueden ser muy útiles durante este periodo de adaptación.
Tras un ictus, ya sea izquierdo o derecho, todas las terapias comparten un tema común: se trata de realizar los ejercicios terapéuticos con gran repetición y diligencia para convencer al cerebro de que se haga más eficiente en estas actividades mediante el proceso llamado neuroplasticidad, en el que el cerebro se adapta y se cura desarrollando y reforzando nuevas vías neuronales.