Es frecuente que durante la exploración física que realizamos en la primera sesión los pacientes pregunten sobre la hiperlordosis lumbar. Normalmente, han escuchado este término en la consulta del médico (tras acudir por dolor de espalda), pero desconocen cuáles son las causas que la producen, qué consecuencias puede tener, y lo que más dudas despierta: ¿Se puede corregir?
¿Qué es y por qué se produce?
La lordosis se refiere a la curvatura normal de la columna hacia dentro. Cuando esta curvatura es exagerada suele denominarse hiperlordosis. La pelvis suele estar inclinada hacia delante.
Puede aparecer también como consecuencia de otra variación postural, por ejemplo una hipercifosis dorsal. Está relacionada con una alteración del balance muscular, en concreto:
- Acortamiento o tensión en exceso de los flexores de la cadera: psoas, erectores lumbosacros.
- Debilidad de la musculatura encargada de la retroversión de pelvis: glúteos y abdominales.
Músculos Acortados o sobreactivados | Músculos débiles o elongados |
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Grupo erector espinal de la región lumbar | Abdominales |
Psoas Ilíaco | Isquiotibiales |
Tensor de la fascia lata | Glúteo mayor |
Recto femoral (cuádriceps) | |
Erectores lumbosacros | |
Cuadrado lumbar | |
Dorsal ancho | |
Fibras anteriores de los aductores |
Generalmente los flexores de cadera son los actores principales de una hiperlordosis. La pérdida de musculatura en la zona lumbar suele venir acompañada de un tono elevado del cuadrado lumbar, lo que aumentará tu curvatura hiperlordótica
En ocasiones la lordosis lumbar va acompañada de otras alteraciones posturales, como: aplanamiento o aumento de la curvatura dorsal, hiperextensión de las rodillas («rodillas curvadas hacia atrás»), hombros enrollados hacia delante o cabeza adelantada…
Hiperlordosis lumbar en mujeres
Las mujeres tienen menos acuñamiento vertebral en las vértebras torácicas inferiores y lumbares superiores y tienen un espacio interespinoso relativamente mayor. Estas y otras características anatómicas podrían explicar la alteración de la morfología vertebral que predispone al embarazo. En un estudio realizado en mujeres adultas blancas y negras, se observó que las mujeres negras tenían una lordosis mayor que las blancas.
Esta columna femenina con lordosis más profunda y menos cifótica tiene una ventaja, ya que existe un mayor espacio superior-inferior para el feto humano. La desventaja de esta característica morfológica es la reducción resultante del tamaño del agujero intervertebral, que a su vez puede contribuir al dolor lumbar que se experimenta habitualmente durante el embarazo.
¿Qué síntomas y qué consecuencias puede producir?
En la mayoría de ocasiones, la hiperlordosis no genera ningún síntoma (más allá del componente estético). Pero es posible que provoque dolor de espalda, por ejemplo cuando se está mucho rato parado o de pie o al dormir hacia abajo.
Con el tiempo, el exceso de presión provocado por la hiperlordosis en la parte posterior de las vértebras, puede ocasionar lesiones nerviosas o afectaciones del disco intervertebral. Veámos todas las consecuencias enumeradas:
- Las articulaciones facetarias están sometidas a una mayor tensión y existe la posibilidad de que se produzca una distensión capsular.
- Como ocurre con la hiperlordosis en la región cervical, el ligamento longitudinal posterior se comprime y el ligamento longitudinal anterior se alarga, lo que posiblemente afecte a sus capacidades estabilizadoras.
- Tener un ángulo de lordosis aumentado es un factor de riesgo para desarrollar espondilolisis.
- La columna vertebral hiperlordótica es menos capaz de soportar la tensión compresiva, y los pacientes con esta postura pueden tener un mayor riesgo de lesión al levantar cargas pesadas.
- Cuando se produce hiperextensión en determinados deportes, esto podría considerarse un factor de riesgo de lumbalgia, como durante un swing de golf.
¿Se puede corregir la lordosis lumbar? ¿Cómo?:
La hiperlordosis lumbosacra se puede corregir en aquellas personas en las que la curva no sea de origen estructural es decir, que no exista una deformidad de los huesos o articulaciones como por ejemplo escoliosis, espondilolistesis, etc.
Pero, aunque este aumento de la curvatura lumbar no siempre puede ser corregido completamente, el fisioterapeuta siempre podrá actuar sobre la sintomatología (dolor, contractura muscular…) y trabajar para que la hiperlordosis no aumente y reducir la probabilidad de aparición de otras lesiones.
La lordosis no es algo grave. La mayoría de los casos de hiperlordosis no requieren cuidados médicos especiales. Puedes corregir tu postura por ti mismo. Tendrás que hacer algunos ejercicios y estiramientos con regularidad para mantener una buena postura. La práctica de un ejercicio sistemático y continuo puede influir en la curvatura sagital de la columna de forma permanente.
Tratamiento para la hiperlordosis lumbar
El tratamiento de fisioterapia va encaminado, en un primer momento, a aliviar la sintomatología en el caso de que exista. Para ello se emplea la Termoterapia (calor) y la terapia manual.
También es imprescindible mejorar la movilidad de la columna y reequilibrar la musculatura. Por un lado, estirar musculatura lumbar, cuádriceps, psoas ilíaco… y por otro potenciar abdominales y glúteos. De esta forma podremos devolver tanto la pelvis como la columna lumbar a una posición lo más correcta posible.
Además, se realiza con el paciente un trabajo específico para que tome conciencia de su postura y para que adquiera buenos hábitos para su espalda y pueda protegerla de todas las actividades que realiza a lo largo del día.Existen diferentes métodos indicados para estos casos.
Efectúa un trabajo de fortalecimiento muscular adaptado. Todo buen fisioterapeuta sabrá guiaros para conseguir una espalda fuerte en caso de problemas serios. Si no sufres dolores de espalda, pero tu curvatura es pronunciada (hiperlordosis) también es pertinente realizar un trabajo de prevención guiado por un fisioterapeuta.
En JL FISIOS empleamos el Pilates terapéutico y la gimnasia abdominal hiporesiva, como siempre impartidos por un fisioterapeuta. Seleccionando los ejercicios más adecuados para cada paciente y teniendo en cuenta las contraindicaciones individuales, son dos herramientas excelentes para ayudarnos a equilibrar la musculatura, corregir la postura y mantenerlo a lo largo del tiempo.
Fuentes:
Adams, M. A., & Hutton, W. C. (1985). The effect of posture on the lumbar spine. The Journal of bone and joint surgery. British volume, 67(4), 625–629. https://doi.org/10.1302/0301-620X.67B4.4030863
González-Gálvez, N., Gea-García, G. M., & Marcos-Pardo, P. J. (2019). Effects of exercise programs on kyphosis and lordosis angle: A systematic review and meta-analysis. PloS one, 14(4), e0216180. https://doi.org/10.1371/journal.pone.0216180
Scannell, J. P., & McGill, S. M. (2003). Lumbar posture–should it, and can it, be modified? A study of passive tissue stiffness and lumbar position during activities of daily living. Physical therapy, 83(10), 907–917.